Sobre nosotros

Una misión llena de la cultura guatemalteca

En Casa de los Gigantes, nuestra misión es crear productos para el mundo moderno que aportan calidez y humanidad a un mundo cada vez más tecnológico y desconectado, y a la vez brindar a nuestros artesanos una forma digna de ganarse la vida y preservar la cultura guatemalteca.

Creemos en un mundo justo y por eso les pagamos un salario justo a los artesanos con quienes colaboramos. Esto empodera no solo a ellos sino a sus familias y sus comunidades, y les permite seguir elaborando hermosas piezas utilizando las técnicas tradicionales que se han transmitido generación en generación en Guatemala.

Con tu compra, estás apoyando a estos artesanos y contribuyendo a la preservación de las tradiciones y culturas de Guatemala.

 

Apoyamos a talentosos artesanos guatemaltecos

Nuestra visión es un mundo en el cual los artesanos son valorados y su arte apreciado por su valor estético, cultural y práctico.

Ayudamos a vincular la cultura y las tradiciones de Guatemala al mundo moderno, para que estas tradiciones se puedan preservar.

 

Elaborado a mano con ♡

Casi todas nuestras piezas están hechas completamente a mano, haciendo que cada artículo sea único e intrínsecamente valioso.

Nuestros productos reflejan las hermosas y variadas destrezas artísticas de la gente de Guatemala. Nos esforzamos por asegurar que la gran mayoría de nuestros productos estén elaborados utilizando materiales sostenibles y ecológicos.

Nuestra extensa y variada colección incluye hermosos artículos hechos a mano para su hogar, cocina y vida diaria, así como accesorios de moda, joyería hecha a mano y artículos de temporada para el Día de San Valentín, Semana Santa, Halloween, Acción de Gracias y Navidad.

Cada artículo contiene una poderosa historia de técnicas tradicionales, patrones y cultura, que estamos orgullosos de compartir con nuestros clientes.

 

La leyenda de 'La Casa de los Gigantes'

La Casa de los Gigantes toma su nombre de una leyenda del siglo XVII sobre los gigantes, figuras enormes de madera que se pasean durante los eventos religiosos. Según la leyenda, durante una de esas procesiones, un aguacero inesperado obligó a las personas que transportaban a los gigantes a pedir refugio a los dueños de esta casa (la misma casa en la que hoy se encuentra nuestra tienda). Las enormes puertas de la casa proporcionaron un refugio ideal para los gigantes. Esa noche, un niño curioso se asomó por el ojo de la cerradura y se asustó por lo que vio: hombres enormes con espadas brillantes a los costados, preparados para la batalla. El niño corría por las calles pidiendo ayuda a gritos.

Temiendo que piratas estuvieran escondidos en la casa, la gente del pueblo hizo sonar la alarma y todas las campanas de las iglesias comenzaron a sonar. Llegaron los soldados quienes, juntos con los vecinos, estaban dispuestos a pelear hasta el final. Colocaron un cañón y dispararon la primera bala, exigiendo la rendición. Al oír la estruendosa explosión del cañonazo, apareció el dueño de la casa, don Cristóbal de Alvarenga, con sus sirvientes. Los soldados armados los rodearon en un instante.

Don Cristóbal sacó de inmediato una bandera blanca. Para convencer a los soldados y a la gente del pueblo de la identidad de sus “invitados,” abrió las enormes puertas. Sospechando un complot, los hombres cayeron al suelo, listos para disparar. Cuando vieron que los “piratas” eran solo estatuas de madera, los soldados se partieron de la risa. Esa noche hubo muchas bromas entre quienes habían confundido a los gigantes con piratas. A partir de ese momento, esta casa ha sido conocida como “LA CASA DE LOS GIGANTES.”